Talleres para la la práctica espiritual, para comprender el viaje sagrado de la vida, descubrir quienes somos, fortalecer nuestra salud y bienestar, integrarnos a la unidad universal, celebrar el espiritu y caminar juntos hacia la felicidad.
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domingo, 16 de diciembre de 2012
Pintura Visionaria
domingo, 10 de junio de 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
Proporción Divina y Sucesion Fibonacci
jueves, 5 de abril de 2012
domingo, 11 de marzo de 2012
Taller El manto expiatorio
Buenos días debido a la cantidad de preguntas que he recibido sobre el encuentro del manto expiatorio les envío el cuento para que lean, el proyecto, y mi historia con el .
Para hacer los mantos nos encontraremos los 3ros sábados de cada mes a las 18 hs. es imprescindible estar anotada para concurrir al encuentro y saber que nos reuniremos hasta el mes de noviembre donde quemaremos los mantos, por lo tanto les pido por favor responsabilidad al anotarse pues tiene cupo y si se anotan y no asisten le sacan la posibilidad a otra compañera. No tiene costo alguno se colocará una alcancía para colaborar.
Gracias y bendiciones
Mónica
El manto Expiatorio
A veces, en mi trabajo con mujeres les muestro cómo hacer un manto expiatorio de tamaño natural con un trozo de tejido u otro material. Un manto expiatorio es un manto que detalla en imágenes, escritos y toda suerte de objetos prendidos y cosidos a él todos los improperios que una mujer ha recibido en su vida, todos los insultos, todas las calumnias, todos los traumas, todas las heridas y todas las cicatrices. Es la exposición de su experiencia como chivo expiatorio. A veces bastan sólo uno o dos días para confeccionar semejante manto, otras veces se necesitan varios meses. Pero resulta extremadamente útil para detallar todas las heridas, los golpes y los cuchillazos de la vida de una mujer.
Al principio, yo misma me confeccioné un manto expiatorio. Muy pronto su peso fue tan grande que necesité todo un coro de musas para llevar la cola. Se me ocurrió la idea de confeccionar aquel manto expiatorio y, una vez reunidos todos aquellos desechos psíquicos en un solo objeto psíquico, quemar la capa para, de esta manera, eliminar en parte mis viejas heridas. Pero lo que hice fue colgar el manto del techo del pasillo y comprobar que, cada vez que me acercaba a él, en lugar de sentirme mal, me sentía bien. Empecé a admirar los ovarios de la mujer que había sido capaz de llevar semejante manto y seguir caminando resueltamente, cantando, creando y meneando el rabo,
Y descubrí que lo mismo les ocurría a las mujeres con quienes yo trabajaba. Tras haber confeccionado sus mantos expiatorios, las mujeres se niegan a destruirlos. Quieren conservarlos para siempre, cuanto más desagradables y ensangrentados, mejor. A veces los llamamos también mantos de batalla, pues son la prueba de la resistencia, los fracasos y las victorias de cada una de las mujeres y de sus congéneres.
Tampoco es mala idea que las mujeres calculen su edad no en años sino en cicatrices de guerra.
-¿Cuántos años tienes? -me pregunta a veces la gente.
-Tengo diecisiete heridas de guerra -contesto.
Por regla general, las mujeres no se inmutan sino que empiezan a calcular alegremente su edad de la misma manera, contando sus propias heridas de guerra.
De la misma manera que los lakotas pintaban imágenes en pellejos de animales para señalar los acontecimientos invernales, y al igual que los nahuatl, los mayas y los egipcios tenían sus códices en los que anotaban los grandes acontecimientos de la tribu, las guerras y las victorias, las mujeres tienen sus mantos expiatorios y sus mantos de batalla. No sé qué pensarán nuestras nietas y nuestras bisnietas de esta manera de reseñar nuestras vidas. Espero que reciban las debidas explicaciones.
No nos engañemos a este respecto, pues nos lo hemos ganado a pulso con las duras elecciones de nuestra vida. Si alguien te pregunta tu nacionalidad, tu origen étnico o tu estirpe, esboza una enigmática sonrisa y contesta:
-El Clan de
Clarissa Pinkola Estes
TALLER DEL MANTO EXPIATORIO
Dirección Mónica Luisa García
Basado en un capítulo del libro mujeres que corren con los lobos de la doctora Clarissa Pinkola Estes *
Hace unos años llego a mis manos el libro Mujeres que corren con los lobos, sentí una especial relación con esos cuentos con los cuales me sentía identificada, claro hay en el cantidad de arquetipos donde las mujeres sentimos el lugar común. . El capitulo 13 La cicatrices de la batalla: La pertenencia al clan de la cicatriz fue especial para mí. Soy artista plástica y el lenguaje lo comprendía en forma particular.
Este capítulo habla de los secretos, aquellos que guardamos a menudo toda la vida, los dolorosos, los vergonzosos, etc. Habla de las cicatrices del alma.
Ella dice así: “Les muestro a las mujeres como hacer un manto expiatorio de tamaño natural con un trozo de tejido u otro material. Un manto expiatorio es un manto que detalla en imágenes, escritos, y toda suerte de objetos prendidos y cocidos a él todos los improperios que una mujer ha recibido en su vida, todos los insultos, las calumnias, los traumas, todas las heridas y todas las cicatrices. Es la exposición de su experiencia como chivo expiatorio. A veces bastan solo uno o dos días para confeccionar semejante manto, otras veces se necesitan varios meses. Pero resulta extremadamente útil, para detallar todas las heridas, los golpes y los cuchillazos de la vida de una mujer”
Al leer esto me puse en marcha para hacer mi propio manto expiatorio, con todo tipo de materiales, empecé la construcción, era curioso porque quería describir mis heridas y bordaba mi nacimiento, el día en que por primera vez menstrué, el nacimiento de mis hijos y en el proceso me di cuenta que todo lo que me había pasado en la vida era parte de mi aprendizaje, entonces nació lo que llame el manto de batalla. Al finalizarlo pude empezar el otro el de las heridas y cosas que quería sacar de mi corazón para siempre así nació mi manto expiatorio que formo parte de una exposición artística en una galería de Buenos Aires, cuando se levanto esa muestra fui a la plaza más cerca que había y lo queme en un acto de sanación de mi espíritu, todas las cosa que allí puse se expiaron de mi en ese acto que considero sagrado. Ese día también comprobé el valor simbólico del fuego.
Pues bien de eso se trata este taller de auto sanación de crear nuestro manto expiatorio y una vez realizado decidir que hacer con el se lo puede leer como un manto de batalla sintiendo que allí y fuera de nosotras quedara para siempre todo aquello que nos hizo sufrir o quemarlo en una ceremonia intima o grupal y considerándola un acto sagrado
domingo, 26 de febrero de 2012
sábado, 18 de febrero de 2012
Como mi formación viene de las artes, esencialmente la plástica, esta experiencia es vieja en mi.... pero siempre implosiva y enigmática, no deja de sorprenderme.
Desde que empecé con los mandalas y la Geometría Sagrada este acto tomó un giro misterioso y desde que doy clases no dejo de sorprenderme de la sorpresa ( valga la redundancia ) de quien lo experimenta por primera vez.
En lo que respecta a su definición específica, el vacío es la falta absoluta de materia, aquél espacio en el cual no existe nada, ningún ser vivo ni tampoco materia muerta.
“Treinta radios lleva el cubo de una rueda; lo útil para el carro es su nada (su hueco) Lao Tse lo describe así en su Tao Te Ching.
Esta el horror al vacío de Aristoteles podríamos pasar por Freud y etc etc etc....
Pero en este caso que yo traigo, esta el espacio vacío, polipotencial, ese que va a contener todo lo que mi espíritu manifieste, ese que casi desde un sinsentido absoluto nos arranca la sonrisa de contemplar la belleza.
Cuando mis alumnas, no me gusta llamarlas así, me gusta más decir mis compañeras de viaje, arrancan por ese punto y se va transformando en las múltiples formas manifestadas, la alegría las inunda, comprenden de que no es tan complejo como pensaban , las sorprende pues muchas no creían en sus capacidades de descubrir y manifestar formas tan simples o tan complejas pero extremadamente bellas , la complicidad con el Universo al sentirse tan creadoras como el mismísimo Gran Espíritu, todos con ojos de niños, contemplando las huellas del mundo interno, aquel que silenciamos por que fuimos educados para que a medida que vamos creciendo le vayamos diciendo adiós a la imaginación, por que el mundo serio es el mundo de la lógica y así creando mandalas y geometrías nuestro hemisferio derecho empieza a desperezarse y a sentir menos vergüenza, él es el que se tira de cabeza al vacío que antes mencionamos, mientras que el hemisferio izquierdo le dice que cumpla con sus obligaciones y mandatos, hasta que un día descubrimos que toda nuestra mente se zambulle a la magia del misterio y se sana comprendiendo que es imposible programar o pensar un solo minuto más allá de ese instante maravilloso donde nos lanzamos al vacío nada más ni nada menos que para vivir una simple experiencia más. Buen fin de semana... Mónica
viernes, 17 de febrero de 2012
miércoles, 18 de enero de 2012
Cronograma de actividades 2012
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