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sábado, 18 de febrero de 2012





El vacío

El vacío. La hoja en blanco antes de poner el punto...... Así empieza la primer clase de mandalas y Geometría Sagrada, la ceremonia de sacar por primera vez una hoja en blanco.
Como mi formación viene de las artes, esencialmente la plástica, esta experiencia es vieja en mi.... pero siempre implosiva y enigmática, no deja de sorprenderme.
Desde que empecé con los mandalas y la Geometría Sagrada este acto tomó un giro misterioso y desde que doy clases no dejo de sorprenderme de la sorpresa ( valga la redundancia ) de quien lo experimenta por primera vez.
En lo que respecta a su definición específica, el vacío es la falta absoluta de materia, aquél espacio en el cual no existe nada, ningún ser vivo ni tampoco materia muerta.
“Treinta radios lleva el cubo de una rueda; lo útil para el carro es su nada (su hueco) Lao Tse lo describe así en su Tao Te Ching.
Esta el horror al vacío de Aristoteles podríamos pasar por Freud y etc etc etc....
Pero en este caso que yo traigo, esta el espacio vacío, polipotencial, ese que va a contener todo lo que mi espíritu manifieste, ese que casi desde un sinsentido absoluto nos arranca la sonrisa de contemplar la belleza.
Cuando mis alumnas, no me gusta llamarlas así, me gusta más decir mis compañeras de viaje, arrancan por ese punto y se va transformando en las múltiples formas manifestadas, la alegría las inunda, comprenden de que no es tan complejo como pensaban , las sorprende pues muchas no creían en sus capacidades de descubrir y manifestar formas tan simples o tan complejas pero extremadamente bellas , la complicidad con el Universo al sentirse tan creadoras como el mismísimo Gran Espíritu, todos con ojos de niños, contemplando las huellas del mundo interno, aquel que silenciamos por que fuimos educados para que a medida que vamos creciendo le vayamos diciendo adiós a la imaginación, por que el mundo serio es el mundo de la lógica y así creando mandalas y geometrías nuestro hemisferio derecho empieza a desperezarse y a sentir menos vergüenza, él es el que se tira de cabeza al vacío que antes mencionamos, mientras que el hemisferio izquierdo le dice que cumpla con sus obligaciones y mandatos, hasta que un día descubrimos que toda nuestra mente se zambulle a la magia del misterio y se sana comprendiendo que es imposible programar o pensar un solo minuto más allá de ese instante maravilloso donde nos lanzamos al vacío nada más ni nada menos que para vivir una simple experiencia más. Buen fin de semana... Mónica




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